Introducción

El cuerpo de la investigación de probióticos, así como el uso de probióticos, está creciendo. Los datos de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud (NHIS) de 2012 muestran que los probióticos son el tercer suplemento dietético más comúnmente utilizado aparte de vitaminas y minerales, y el uso de probióticos cuadruplicado entre 2007 y 2012.1 Como conciencia pública de los probióticos continúa expandiéndose, es importante para los profesionales de la salud para aumentar su comprensión de la investigación de probióticos y la alfabetización que rodea las definiciones de probióticos y uso.2 En 2013, la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP) actualizó la definición de probióticos a «microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud en el huésped.»3 Esta definición es coherente con la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Alimentos y la Agricultura (FAO) y ayudó a minimizar la confusión y aportar claridad a los investigadores, consumidores, industrias, organismos reguladores y profesionales de la salud. Por ejemplo, Aunque los alimentos fermentados y microorganismos comensales en el intestino pueden ser fuentes de cepas de probióticos, hasta que estas cepas han sido clínicamente estudiadas y adecuadamente caracterizadas para el contenido, estabilidad, y efectos para la salud en la cantidad suficiente, no se pueden llamar «probióticos».

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Aspectos destacados de la investigación

• • Los probióticos son microorganismos vivos que proporcionan beneficios para la salud del huésped cuando se ingieren en cantidades adecuadas – Mecanismos subyacentes a los efectos de los probióticos incluyen apoyar la función de barrera, adherencia competitiva a la mucosa y el epitelio, actividad antimicrobiana, producción de compuestos beneficiosos, y la modulación del sistema inmunológico para transmitir una
ventaja al huésped
– Probióticos específicos de la cepa han demostrado un potencial significativo como opciones terapéuticas para la prevención y el tratamiento de varias indicaciones, tales como:

• Reducción del dolor después de la colonoscopia
• Reducción de la diarrea del viajero
• Disminución del dolor durante el SII
• Disminución de la duración del resfriado común

• • La selección adecuada de dosis y cepas para aplicaciones clínicas específicas es fundamental para obtener resultados positivos

Beneficios clínicos

Al evaluar los estudios clínicos, la condición y las edades de la población tratada, la dosis utilizada, los métodos utilizados para evaluar los resultados, y muchos otros factores deben ser examinados para entender la fuerza y relevancia específica de la evidencia.11 La evidencia clínica relacionada con los probióticos puede ser diversa, que van desde la prevención de la enfermedad o efectos secundarios de las terapias estándar de la enfermedad para el tratamiento de enfermedades agudas o crónicas o alivio de los síntomas de la enfermedad.11 Es importante reconocer que algunos meta-análisis publicados y comentarios no especifican cepas o dosis y pueden agrupar probióticos inapropiadamente a nivel de género.

Identificación y seguridad

Las directrices de ISAPP para definir probióticos proporcionan un punto de referencia para la diferenciación de probióticos basados en niveles de evidencia científica para su eficacia.3 El establecimiento de normas y directrices representa un primer paso necesario para ayudar a garantizar que el uso de probióticos es seguro y eficaz importante para los médicos y pacientes por igual.5 Por ejemplo, un informe del grupo de trabajo conjunto FAO/OMS sobre probióticos en los alimentos establece directrices para que las cepas probióticas se caractericen como mínimo con una serie de pruebas, que incluyen resistencia a los antibióticos, producción de metabolitos, producción de toxinas, actividad hemolítica, efectos secundarios en estudios en humanos y eventos adversos posteriores al mercado, con una recomendación adicional para evaluar si los animales inmunocomprometidos estarían infectados por la cepa probiótica.Además, la Unión Europea reunió un grupo especial para evaluar y justificar metodologías a fin de garantizar los más altos estándares posibles de productos comercializados como probióticos. Estas directrices ampliaron las recomendaciones de la FAO y la OMS para incluir la estabilidad de la cepa a través del tracto gastrointestinal (GI), la resistencia al procesamiento tecnológico, la estabilidad de la vida útil y la dirección del etiquetado.6

Consumo de probióticos se considera seguro, y las complicaciones son raras para la mayoría de las poblaciones.7 La evidencia epidemiológica sugiere que no hay aumento general en el riesgo de la población o eventos adversos en individuos sanos basados en datos de uso.8,9 Sin embargo, algunos informes indican que los probióticos deben evitarse en ciertas poblaciones de riesgo.10 Los problemas de seguridad incluyen los siguientes:

• Los efectos secundarios comunes suelen ser transitorios, pero incluyen gases e hinchazón
• Los enfermos críticos y aquellos que están gravemente inmunocomprometidos deben evitar los probióticos

Dosis clínicamente estudiadas para la eficacia

Un meta-análisis de ensayos probióticos demostró que la eficacia es específica tanto para la indicación, así como para la cepa específica.11 Por lo tanto, cada cepa y cada dosis requiere evidencia clínica para la demostración de eficacia. Además, aumentar la dosis de la cepa probiótica o combinación de cepas puede o no puede ser más eficaz.12 En el caso de pacientes hospitalizados adultos que reciben terapia antibiótica, Los síntomas GI disminuyeron más significativamente con una dosis más alta (17 mil millones de UFC v. 4.17 mil millones de UFC) de una combinación de probióticos de cuatro cepas(L. acidophilus NCFM, L. paracasei Lpc-37, B. lactis Bi-07, y B. lactis BI-04), lo que indica un efecto dependiente de la dosis para la diarrea asociada a antibióticos (AAD).13 Además, el tiempo de tránsito intestinal completo (WGTT) y la frecuencia de los síntomas gastrointestinales funcionales mejoraron de manera dependiente de la dosis en pacientes a los que se administró 1,8 y 17 mil millones de UFC de B. lactis HN019.14 Por el contrario, en pacientes con síndrome del intestino irritable (SII), un metaanálisis demostró que una sola cepa, dosis baja y corta duración del tratamiento eran más eficaces con respecto a la respuesta general de los síntomas y la calidad de vida.15 Del mismo modo, 5 y 50 mil millones de CFU de B. lactis HN019 tuvieron una eficacia similar en la mejora de la inmunidad celular en los ancianos.16 Por lo tanto, aumentar la dosis no siempre resulta en beneficios más significativos.


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